Chupete y desarrollo bucal

bebés con chupete

Chupete y desarrollo bucal

Una de las preguntas que nos hacen los padres cuando traen por primera vez a su bebé a la consulta es: ¿es malo el chupete para el desarrollo de los dientes?; mi hijo se chupa mucho el dedo, ¿cómo le afectará después?; e incluso: mi hijo no usa chupete, sólo de dejamos el biberón para dormirse, ¿es perjudicial para sus dientes? Es por eso que decidimos resolver todas estas dudas en un sólo artículo, para que pueda serviros como referencia.

La dentición es un momento clave para los bebés. Muchos no sienten nada, pero para otros es bastante molesto. El promedio de edad de la salida del primer dientecito suele ser alrededor de seis meses. Los primeros en aparecer son los dos dientes centrales de la parte inferior de la boca, seguidos de los dos centrales de la parte superior. Los últimos en aparecer son los molares, en la parte posterior, superior e inferior de la boca. La mayoría de niños tienen sus 20 dientes de leche a los dos años y medio.

El succionar es uno de los actos que el bebé realiza espontáneamente, incluso en la vida intrauterina. El chupete es para muchos un consuelo para proporcionar bienestar al bebé. Los niños adquieren el hábito de la succión en las primeras semanas de vida. La edad típica en la que se hace necesario el uso del chupete son los primeros 6 meses de vida, por ser en estos cuando la necesidad de succión es más intensa.

NIÑOS CON CHUPETE

Posteriormente, el chupete es más un hábito que una necesidad que proporciona sentimiento de seguridad, satisfacción y una búsqueda del placer táctil. Esto implica que el chupete, o chuparse el dedo, es útil para los niños, sobre todo en momentos de más estrés. Eso no significa que deban utilizarlo para siempre, sino que debe ser controlado.

En 2007 un estudio realizado por la estadounidense Jane Soxman, miembro de la Junta Americana de Odontología Pediátrica, concluyó que para que las malformaciones provocadas por un chupete sean apreciables no basta con su simple uso. Entran en juego dos factores como son el tiempo constante de uso (el estudio habla de seis horas aproximadamente diarias) y la presión ejercida.

DESDE LA SEDO INSISTEN EN QUE ES IMPORTANTE RETIRARLO ANTES DE QUE EL NIÑO CUMPLA DOS AÑOS, PORQUE UN USO PROLONGADO MÁS ALLÁ DE ESTA EDAD PUEDE CAUSAR MALFORMACIONES EN LA BOCA Y LOS DIENTES.

La Sociedad Española de Ortodoncia nos explica con detenimiento lo que sucede en la boca del niño desde el momento en que se introduce el chupete, y cómo se van produciendo cambios en los dientes y mandíbula para adaptarse a este tipo de succión no nutritiva:

– Lo primero que ocurre es que los dientes centrales inferiores se van desviando paulatinamente hacia dentro, mientras que los que se encuentran en el mismo plano pero en el maxilar superior, tienden a separarse y a sobresalir hacia fuera, lo que se conoce popularmente como «dientes de conejo».
– El uso prolongado del chupete más allá de los 24 meses, puede provocar que los caninos choquen entre sí y ambas filas de dientes no se cierren correctamente causando una maloclusión conocida como mordida abierta, es decir que los dientes superiores se van hacia adelante, y los inferiores hacia atrás.
– Por otro lado, la acción de succionar pone en funcionamiento una serie de músculos de la cara que, junto con la posición de la lengua, hacen que finalmente las líneas superiores e inferiores pierdan su paralelismo causando mordida cruzada.
– Igualmente, el uso permanente del chupete descoloca los dientes, aunque éstos vuelven a reubicarse unos meses después de interrumpir su utilización, siempre y cuando lo hagamos antes de los dos años, ya que no habrá dado a tiempo a que se produzcan malformaciones de la articulación temporomandibular ni deformaciones óseas significativas que modifiquen la arcada dental definitiva.

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